Arte griego
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ETAPAS HISTÓRICAS DE LA GRECIA ANTIGUA

1. Período arcaico: del 800 al 500 a.C.

En las zonas más avanzadas de la Grecia continental y de la costa del Asia Menor, lo mismo que en las islas del Egeo, había ya gran número de comunidades establecidas. Se trataba de comunidades pequeñas, de alrededor de mil habitantes, e independientes. El poder estaba en manos de un corto número de familias aristocráticas que monopolizaba la mayoría del territorio.

  El aumento de la población provocó que ni la Grecia continental ni las islas del Egeo pudieran sostener a una población agraria demasiado considerable.  Durante un período de tiempo se dispuso de una válvula de escape gracias al movimiento de colonización, que trasladó las porciones sobrantes de la población a regiones nuevas. Pero los movimientos de colonización no bastaron para resolver los conflictos sociales de las comunidades, y seguían produciéndose tensiones entre la nobleza y el resto de la población, o luchas entre los nobles para hacerse con el poder. Esta situación de crisis favoreció la aparición de algunas figuras que intentaron ponerle remedio, como el tirano y el legislador.

2. Período clásico: siglos V y IV a.C., período de las ciudades-estado independientes y de los mayores logros culturales.

Los acontecimientos históricos más importantes de este período fueron los siguientes:

              - Las dos Guerras Médicas, entre griegos y persas. Durante el siglo V, el imperio persa representó un gran peligro para Europa: Darío, su rey, se propuso conquistar Grecia; después, Jerjes, hijo de Darío, intentaría continuar la tarea de su padre. La victoria sobre los persas supuso la hegemonía de Atenas en Grecia.

              - Destaca como político más importante Pericles, durante cuyo mandato Atenas será el centro cultural de Grecia. 

            - La Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta por la hegemonía de Grecia. La derrota de Atenas convierte a Esparta en poder hegemónico en Grecia. 

3. Período helenístico: desde Alejandro Magno hasta la conquista del Mediterráneo oriental por Roma. Macedonia, región situada al norte del país unificó las polis. Filipo de Macedonia consiguió unificar toda Grecia con una genial política administrativa y militar, y a su muerte, su hijo, Alejandro Magno (356-323 a. de C.), no sólo mantuvo el Imperio heredado de su padre, sino que lo amplió desde los Balcanes y Egipto hasta la India. Con la muerte de Alejandro Magno da comienzo la época helenística.

  Durante los cincuenta años siguientes a la muerte de Alejandro Magno sus generales se vieron envueltos en continuas luchas por el poder, hasta que el Imperio quedó dividido en tres grandes reinos: Egipto, Siria y Asia Menor, y Macedonia y Grecia. En todos estos territorios hubo monarquías muy fuertes, que acabaron con la vida política de las ciudades.

 

 

 

 

ARTE GRIEGO

 

1) Periodos del arte griego:

 

1.1. Arcaico: desde el siglo VII al año 475 a.c.

  

       Kouros y Koré; establecimiento órdenes arquitectónicos.

 

1.2. Clásico: 475 a.C.-323 a.C.

 

       Desde las guerras Médicas hasta la muerte de Alejandro.

 

1.3. Helenismo: 323-31 a.C.

 

       Desde la muerte de Alejandro hasta la conquista de Egipto.

   

 

2) Características de la arquitectura:

 

2.1. Arquitrabada: techos horizontales. Predominio de líneas horizontales y verticales.

 

2.2. Antropocentismo: El hombre es la medida y se rechaza el monumentalismo.

 

2.3. Establecimiento de los órdenes arquitectónicos: dórico, jónico y corintio.

 

3) Órdenes arquitectónicos griegos:

 

Dórico, Jónico y Corintio

 

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http://www.ffil.uam.es/hellas/Arcaismo/arqui_ar/edilicia/1e.html

 

4) Características de la escultura griega:

 -Primacía absoluta en la representación de la figura humana. 
 -Cuerpo humano desnudo.
 -Armonía de las formas. 
 -En la época clásica el "canon", como expresión de la belleza, fue definido por
Policleto en siete cabezas y por Lisipo con ocho, a él se unirá la movilidad y expresividad gestual de los sentimientos.
 Etapas:
 1) Arcaica: estilo geométrico, de formas escultóricas, sin duda de carácter religioso, definidas por tener torsos triangulares, 
cabezas pequeñas sobre largos cuellos y talles de avispa, con un claro frontalismo y una rigidez primitiva,
Siempre estaban policromadas. Son los denominados "kouroi" considerados como Apolos y atletas, cuyos mejores ejemplos son 
Cleobis y Biton del Museo de Delfos, del siglo VII a.C.y el Moscoforo del Museo de Atenas, de mediados del siglo VI a.C... 
Por otra parte también existen esculturas de figuras femeninas, las
"korai" con el mismo sentido religioso y vestidas con diversos tipos
de mantos (peplo, himation o chiton). Ejemplos de ellas son la Dama de
Auxerre y la Hera de Samos, ambas conservadas en el Museo del Louvre.
 2) Clasica:
 2.1. clasicismo severo:
 En las primeras décadas del siglo V a.C. hay un avance en el
naturalismo y la idealización de las formas, en las figuras aparece la
característica sonrisa que, como una mueca expresiva, tipifica las
esculturas del Templo de Afaia, en Egina. 
En los frontones de dicho templo, realizados entre el año 490 y 480
a.C., queda resuelto el problema de adaptación de las figuras al marco
arquitectónico, lo mismo que en el Templo de Zeus en Olimpia. 
Otros ejemplos son: el Auriga de Delfos, el Poseidón y el grupo de Los Tiranicidas 
que testimonian los logros obtenidos en la estatuaria exenta, así como los
relieves del Trono Ludivisi (Museo de las Termas de Roma). Estas obras
van señalando la evolución hacia el clasicismo.
 2.2. clasicismo pleno: 
A mediados del siglo V a.C., en tiempos de Perícles, se concreta el
clasicismo griego gracias a las obras de tres grandes escultores,
Mirón, Policleto y Fidias, con ellos el concepto de belleza quedó
definido como un arquetipo a imitar.
Mirón (Se considera por muchos teóricos como escultor de la época severa)  
es recordado por sus obras en bronce que captan la figura humana
en un movimiento instantáneo. Su obra más representativa es el famoso
Discóbolo en el que plasma el estudio de la anatomía tensa por el
esfuerzo físico que, conforme a los principios de la inmutabilidad
clásica, no afecta a la expresividad serena del rostro. Pese a todo
Mirón mantiene ciertos convencionalismos arcaicos, no sólo en la
expresión sino también en el frontalismo del lanzador de disco.
Policleto plantea en la teoría y en la práctica sus ideales de
belleza. 
En su obra escrita establece el "canon", en su Doríforo lo aplica.
Esta obra representa a un joven atleta, portador de una lanza, cuya
anatomía, al igual que otra de sus creaciones el Diadúmenos o atleta
que ciñe la diadema victoriosa, marcan la proporción del canon de
siete cabezas que determina la relación armónica de las partes con el
todo y todas ellas entre sí.
La perfección arquetípica del clasicismo griego alcanza con Fidias su
plenitud. Las esculturas y bajorrelieves que hizo para el Partenón son
la expresión más perfecta de la anatomía del cuerpo humano, en
movimiento y en toda su majestuosidad. 
Sus obras representan a dioses que son como hombres y a hombres que
son como dioses. La suprema idealización de las formas humanas, el
característico estilo de "paños mojados" que se adhieren al cuerpo en
menudos pliegues, marcando con absoluto realismo la belleza de las
líneas corporales, son los elementos que lo caracterizan. 
De la decoración escultórica del Partenón -en su mayor parte en el
Museo Británico- destacan dos frontones, el representa el Nacimiento
de Palas Atenea y el otro las Luchas entre Poseidón y Atenea por el
Atica; las 52 metopas con temas que narran las luchas de los dioses
contra los que se oponen al orden en el Olimpo; y el friso exterior en
el que se representa la famosa Procesión de las Panateneas que
ceremoniosamente ofrecen a la diosa el peplo y dones.
De Fidias, además, se conocen dos obras desaparecidas, la Estatua
sedente de Zeus y la de Palas Atenea Parthenos que presidieron los
templos de Zeus en Olimpia y el Partenón, respectivamente.
2.3. clasicismo tardío: En el siglo IV a.C. surgen otros escultores que marcan 
líneas de evolución distintas de la serenidad idealista fijada por Fidias y de
su técnica de paños mojados. Scopas, Praxíteles y Lisipo, tres de los
grandes escultores de este siglo, van a innovar en la expresividad, en
el claroscuro, en la perfección técnica y el movimiento, estudiado y
sensual y, el último, Lisipo dará una nueva versión del canon de
proporciones.
Scopas exalta la expresión patética, el sentimiento trágico y
convulsionado. Sus obras atribuidas son la Ménade, los relieves del
Mausoleo de Halicarnaso y sobre todo la del joven Meleagro
(actualmente en el Vaticano).
Praxíteles es el escultor de la belleza sensual, acentuada por la
sinuosidad de los perfiles mediante la técnica de crear una curva al
apoyar el peso corporal en una pierna, que define la característica
"curva praxiteliana". 
De otra parte el tratamiento difuminado que da a las superficies de
sus obras, lejos de los intensos claroscuros de las obras de Fidias,
confiere una indolente ingravidez y afeminamiento a las figuras,
separándolas de las de otros escultores. 
Sus obras más representativas son el Hermes de Olimpia, con el Niño
Dionisio, el Apolo sauroctono y, el magnífico desnudo femenino de la
Venus o Afrodita de Cnido, el primero de su especie que representa a
la diosa en el momento preciso de salir del baño.
Con Lisipo se alcanza la estilización, al alargar el canon de sus
esculturas, y se apuntan nuevas concepciones realistas, según vemos en
el Apoxiomenos, joven atleta que, cansado después del combate, está
limpiándose la suciedad con el estrígilo. 
Se trata de una representación en la que lo cotidiano se impone a lo
heroico y divino de las obras anteriores, incluso cuando quiere
esculpir la imagen de un dios, Hermes, lo hace atándose una sandalia,
o en el Ares Ludovisi descansando después del combate. Un signo más de
su realismo son los numerosos retratos que hizo, sobre todo a
Alejandro Magno.
3) Helenismo:
En el período helenístico, aunque hay un cierto continuismo con las
tendencias clásicas, sobre todo en Atenas, como vemos en la Venus de
Milo (conservada en el Museo del Louvre) o en la Victoria de
Samotracia, enseguida se aprecia una orientalización de los temas y
una pérdida del equilibrio formal y serenidad clásica. 
Los caracteres no van a ser homogéneos en las numerosas escuelas que
surgen entre los reinos helenísticos, dependen de su historia previa,
de los materiales que se usen y sobre todo de la relación con Grecia.
Son escuelas representativas, entre otras: Pérgamo con sus relieves
del Friso del altar de Pérgamo, hoy reconstruido en el Museo de Berlín
y las estatuas del Galo suicidándose y Galo moribundo; la escuela de
Rodas, la de mayor grandiosidad y barroquismo con temas como El toro
Farnesio, la ya citada Victoria de Samotracia o la más simbólica obra
del arte helenístico, el grupo escultórico de Laocoonte y sus hijos
(conservada en el Vaticano), realizado hacia el año 50 a.C. y de gran
trascendencia para la escultura renacentista por el influjo ejercido
en Miguel Angel al ser descubierto en el año 1506.
En Egipto, la escuela de Alejandría integra los elementos griegos con
la tradición egipcia; al realismo humano y paisajístico se une la
simbología alegórica bajo formas humanas, por ejemplo en la
representación del río Nilo.
Pero la más fructífera de las escuelas helenísticas fue la de Atenas,
donde el sentido clásico se plasmó en una serie de obras (El niño de
la espina, el Torso Velvedere (firmada por Apolonio). 
Estas obras influirán, grandemente, en la estatuaria romana, donde
incluso se instala, desde mediados del siglo II a.C., una corriente
nostálgica del pasado en la que se copian obras de los grandes
clásicos, para decorar las villas y palacios de la aristocracia
dominante. Gracias a ellos hemos podido conocer las grandes obras del
pasado.
 

 

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