"(...)Para que el proyecto de crear un multiculturalismo democrático no se convierta en un lema vacío, debe tomarse plena conciencia de las tensiones que lo atraviesan. De un lado, el multiculturalismo predica la defensa de todas y cada una de las identidades culturales particulares que coexisten en el seno de la sociedad, y por lo mismo exige que los integrantes de ésta se hallen dispuestos a reconocer -no sólo a tolerar- las opciones culturales diferentes a las propias, por minoritarias o extrañas que les parezcan. No obstante, según lo previsto en la hegeliana dialéctica del reconocimiento, el derecho concomitante de afirmar la propia identidad cultural de cada cual, implica su confrontación material y/o simbólica con las demás pretensiones culturales.

Desde el liberalismo, se postula que todos los ciudadanos deben compartir los valores comunes de una cultura democrática como condición de posibilidad para conciliar dicha dialéctica entre diversidad e identidad cultural. La nueva disyuntiva radica en cómo impedir que la cultura demoliberal desconozca alternativas sociopolíticas provenientes de otras tradiciones históricas, o por el contrario quede anulada por la absolutización de dichos códigos culturales. Parafraseando a Adorno, ¿cómo lograr que la democracia respecto a la multiculturalidad sirva de "unidad sin violencia de lo múltiple" ?(...)"

"(...)Incluso Taylor, desde un comunitarismo crítico de las patologías egocéntricas modernas pero consciente a la vez de los aportes de los movimientos individualistas a la construcción de la identidad humana contemporánea, estima que el reconocimiento de la diversidad cultural se halla limitado por el respeto a los derechos humanos fundamentales en el espacio público internacional (...)".


Leonardo Tovar González
*Ponencia ante el XII Foro Nacional de Filosofía. Universidad de Cartagena, Martes 26 a Viernes 29 de Mayo de 1998.


http://www.geocities.com/broadway/balcony/8816/toV-MUL.htm
17/2/2001

EL ABC DE LA UNIÓN EUROPEA

ENTRA

Los europeos hablamos diferentes lenguas y presentamos diferentes tradiciones y culturas. Este hecho nos hace preguntarnos ¿Cómo es posible desde estas premisas desarrollar una ciudadanía europea?

Una de las propuestas más sugestivas para desarrollar el concepto de ciudadanía europea ha sido popularizada por el pensador alemán Jurgen Habermas: "En una democracia liberal, los ciudadanos deben de ser leales y sentirse identificados no con una identidad cultural común, sino con unos principios constitucionales que garanticen plenamente sus derechos y libertades. Esta propuesta es especialmente sugestiva, entronca con lo mejor de la tradición liberal y tolerante de Europa, y huye y combate al nacionalismo étnico, el gran enemigo de la paz y la libertad en la Europa que se adentra en el siglo XXI".