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HONORÉ DAUMIER
Pintor y caricaturista francés, cuyas obras, de gran crudeza y dramatismo,
tratan lo cotidiano desde una óptica muy marcada de protesta social. Daumier nació en Marsella y de niño se trasladó con su
familia a París. Trabajó en un tribunal de justicia y en una librería, y después estudió dibujo y pintura. Comenzó su carrera
artística dibujando para anuncios publicitarios.
JEAN FRANÇOIS MILLET
Pintor de género y paisajista francés, nacido en Gruchy. Inició
sus estudios de pintura en Cherburgo y más tarde, en 1837, estudió en París con el pintor francés Paul Delaroche. Después
de residir doce años en París y Normandía, Millet se unió a la escuela de Barbizon de artistas paisajistas. Allí pintó algunas
de sus obras más célebres de campesinos trabajando en el campo, entre las que se incluyen Las espigadoras (1857, Museo del
Louvre, París) y El Ángelus (1857-1859, Museo D'Orsay, París), así como El sembrador (1850) y Los plantadores de patatas (1862),
ambos en el Museo de Bellas Artes de Boston. Aunque Millet no pretendió plasmar una protesta social a través de su obra, los
temas en los que centró su trabajó provocaron de forma inevitable tal interpretación.
JEAN BAPTISTE COROT
Nacido en el seno de una familia de acomodados comerciantes parisienses,
Jean - Baptiste - Camille Corot manifiesta tempranamente la vocación por el arre. Su formación es neoclásica: sus maestros
lo inician en el paisaje histórico, género de jerarquía por sus resonancias moralizantes. Viaja por primera vez a Italia en
1825 y reside allí hasta 1828. Toma apuntes de la campiña italiana en Roma, Nápoles y Venecia y de la francesa en Normandía.
De regreso a París, se dedica a pintar paisajes en los bosques de Fontainebleau y, especialmente, en Ville d'Avray. El reconocimiento
público le llega luego de años de lucha contra el academicismo del arte oficial. Como ocurriera con John Constable en Inglaterra,
Corot tiene una doble producción: la obra íntima, en la que vuelca una poesía personal, y otra en la que no están ausentes
las ninfas y los idilios del paisaje clásico francés. En la obra de Jean - Baptiste - Camille Corot fraguan el rigor estructural
del clasicismo, la reproducción escrupulosa cara al realismo y el amor hacia la Naturaleza, propio del romanticismo. Desechado
por la ausencia de tema moralizante o considerado mera transcripción, el paisaje naturalista, como lo interpreta Corot, debió
pelearle un espacio al gusto clásico del arte oficial de su época. Ville d'Avray, pintado hacia 1870, es parte de una serie
de obras que el artista dedicara a la localidad donde sus padres poseyeran una casa de verano. Corot elige objetos distantes
como protagonistas de sus paisajes, efecto que le permite un dibujo sumario. Su pintura se rige por el equilibrio de los valores,
con ellos estructura las formas. La captación de la atmósfera propia del aire libre y el estudio de la luz, lo ubican dentro
de la genealogía del Impresionismo.
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